Fiebre por estrés. ¿Es posible?
Sabemos que el estrés tiene mucha responsabilidad en las cosas que le pasan a nuestro cuerpo. Ya hemos visto en notas anteriores («El estrés engorda») que es el causante de disparar el cortisol y producir un aumento de peso debido a ciertos mecanismos.
También, gracias a ciertos mecanismos, es capaz de producirnos fiebre. ¿Es esto posible? Sí, lo es. En general, y te invitamos a leer otras notas relacionadas, la fiebre es una respuesta que se produce en nuestro cuerpo y la mayoría de las veces es producto de una infección o enfermedad. Cuando es infección puede estar provocada por virus o por bacterias. Pero también, ha quedado demostrado, el cuerpo puede elevarla frente a la presencia de situaciones altamente estresantes. Se trata de situaciones donde se ve expuesto a un estrés agudo o crónico. Sucede que se produce un proceso llamado «hipertemia inducida por el estrés» cuyo objetivo es calentar los músculos para que sean más eficaces en la lucha o la huida. Como siempre, el cuerpo intenta estar listo frente a cualquier amenaza para lograr nuestra supervivencia e interpreta que en una situación de estrés, debe actuar.
Estrés, estrés agudo, estrés crónico.
Empecemos diciendo que un puñado de estrés, como una copa de vino o una taza estimulante de café, es positivo. Ayuda al organismo a reaccionar y adaptarse a acontecimientos con rapidez. Sin embargo, cuando es excesivo o sostenido en el tiempo, el estrés es perjudicial. En ese caso, estaríamos hablando de estrés agudo y estrés crónico, que según la Asociación Americana de Psicología (Apa) presentan características y guardan diferencias.
El estrés agudo surge como reacción a una exigencia o presión puntual, es de corta duración y se maneja fácilmente. El crónico, en cambio, puede durar meses.
Estrés agudo: se ocasiona en un breve periodo de tiempo y desaparece con rapidez. Situaciones como una ruptura, exámenes universitarios con alta carga, un problema en una empresa o cambios dentro de ella son ejemplos válidos. Puede traer cansancio repentino, sensación de nerviosismo, sentimientos depresivos o una ligera ansiedad entre otros.
Estrés crónico: cuando se prolonga en el tiempo, y la persona se vuelve indefensa y vulnerable. Afecta la autoestima, motivación y energía para afrontar una jornada laboral y la vida. La persona se acostumbra tanto a la situación que lo activa que puede llegar a no darse cuenta de que vive en constante estado de estrés hasta que le provoca problemas serios de salud. Situaciones como dificultades económicas sostenidas, el cuidado de un familiar enfermo por un extenso período, una pareja abusiva, son ejemplos válidos. Algunos síntomas son: insomnio, taquicardia, problemas digestivos o intestino irritable, pérdida de cabello abundante, problemas sexuales, desarreglos menstruales entre otros.
Fiebre emocional o psicógena.
¿Cómo ocurre? Las células del cerebro reaccionan al estrés, haciendo que la temperatura del cuerpo aumente más de 37°C, incluso alcanzando los 40°C. De este modo, los vasos sanguíneos quedan más comprimidos, provocando enrojecimiento en la cara y aumento de los latidos cardíacos.
Se la llama fiebre emocional o fiebre psicógena y se la define como un aumento de la temperatura corporal causado por el estrés. También se la denomina hipertermia inducida por estrés.
Es fácil de confundir con cualquier otra aparición de fiebre, por eso es conveniente descartar infección o enfermedad con la ayuda y diagnóstico de un médico.
¿Es tratable?
Las fiebres psicógenas no se tratan con medicamentos antiinflamatorios comunes como el paracetamol o el ibuprofeno, aunque naturalmente sí que funcionan para reducirla. Para tratarlas, se apunta a intentar rebajar los niveles de estrés mediante psicoterapia, meditación, yoga, Tai Chi Chuan, y todo aquello que colabore a reducirlo. De lo contrario, tienden a reaparecer.
Termómetros infrarrojos: ¡sin contacto!
Para medir la fiebre, siempre conviene tener un termómetro en casa. Y nada mejor que tener uno de avanzada. En Beurer contamos con modelos de termómetros que miden la temperatura corporal, sin necesidad de contacto físico. Con técnica de medición de infrarrojos, arrojan resultados en cuestión de segundos y tienen señal acústica al final de la medición (seleccionable) y alarma de fiebre a partir de los 38 °C
Higiénicos y seguros, miden no solo la temperatura corporal, también la temperatura ambiente y la temperatura de superficies. Son digitales, muy precisos.
Si quieres conocer más sobre la fiebre, lee esta nota:
Si quieres leer «El estrés engorda», te compartimos esta nota: https://bit.ly/34yJGSf
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