Harinas en la alimentación: ¿eliminarlas por completo?
Desde hace un tiempo a esta parte que, al parecer, las harinas se convirtieron en uno de los enemigos de la lista de alimentos que es mejor evitar si queremos bajar de peso y sentirnos saludables.
Una parte de eso, es verdad.
El cuerpo y las harinas: lo positivo, lo negativo y lo necesario.
Diversos estudios han demostrado que el cuerpo enseguida muestra cambios si reducimos su ingesta. Nos sentimos desinflamados (baja la hinchazón abdominal), nuestra digestión mejora y nuestro descanso también. Su baja en el consumo nos ayuda en el descenso de los triglicéridos, a prevenir la hipertensión, la arteriosclerosis, y padecimientos gastrointestinales (como reflujo o colon irritable).
Además –y aquí viene la parte que más nos agrada– es que perdemos peso de forma considerable sin estar atados a dietas muy sofisticadas o estrictas.
Es sabido y está comprobado que el exceso de harina es perjudicial para la salud. La harina tiene responsabilidad en la diabetes, la obesidad, enfermedades cardiovasculares y también se la asocia en buena medida al cáncer. Pero aquí viene el otro lado. La harina es un hidrato de carbono y el cuerpo necesita a los hidratos de carbono porque los descompone en glucosa que es la principal fuente de energía para las células, tejidos y órganos del cuerpo.
Harinas refinadas versus harinas integrales.
Hagamos la siguiente distinción: son las harinas refinadas las que son más perjudiciales y las que están presente en la elaboración de productos procesados. Por eso, cuando las dejamos, estamos dejando de consumir, en simultáneo, esos productos. Y cuando dejamos esos productos (panes, galletitas dulces, pizza, etc.) también estamos ahorrándonos grandes cantidades de azúcar, grasas de mala calidad, exceso de sal. Como es obvio, ingerimos menos calorías. De allí que también, dejar las harinas y bajar rápidamente de peso, tenga que ver con la eliminación de un «conjunto de productos procesados».
Entonces… ¿hay una opción más saludable sin renunciar a lo rico y aportándole al cuerpo energía? ¿Podemos salvar a ese pancito que nos gusta tanto en el desayuno? Claro que sí. La alternativa a esa harina refinada, es la harina integral. Posee mayor cantidad de fibra y brinda mayor saciedad. Tiene un aporte nutricional superior, ya que tiene más cantidad de vitaminas –como la vitamina B1, B3y B5– minerales, hierro y ácidos grasos buenos para nuestro organismo.
Y tres cosas que no podrás creer: favorece a reducir el colesterol «malo», ayuda a retrasar el envejecimiento y colabora en regular las funciones intestinales. Nada mal para ser rica, ¿no?
Consecuencias de no consumir harinas.
Aunque estemos tentados a dejarlas para bajar esos kilitos demás, sepamos que una dieta sin nada de harinas, puede provocar los siguientes malestares o padecimientos:
-Mal humor y síndrome de abstinencia a los carbohidratos
-Pérdida de masa muscular y de calcio
-Mal aliento
-Bajo rendimiento sexual
-Náuseas o dolor de estómago
-Mareos y arritmias
-Orina con intenso olor
Frente a cualquier cambio drástico en nuestra dieta, nada mejor que consultar con un especialista antes y considerar que la moderación y una alimentación variada, son claves para sostener el descenso de peso a largo plazo.
Balanzas personales.
En Beurer contamos con balanzas personales para que puedas monitorear tu peso. También es el peso el que nos indica si estamos comiendo bien, mal, o debemos ajustar algo en la alimentación.
Nuestra línea de balanzas cuenta con modelos que son capaces de determinar el peso corporal, el agua, la grasa, porcentaje muscular, masa ósea, requerimiento de calorías y hasta puede calcular el índice de masa corporal.
Algunos más sofisticados transmiten todos esos datos vía Bluetooth® a la app «Beurer HealthManager».
En Beurer, nuestro único deseo es que te encuentres bien.
Encuentra los productos Beurer en tu país: https://www.beurerlatam.com/
Si te gustó esta nota, ¡compártela en redes con tu comunidad! ¡Justo aquí debajo!
