¿Por qué los abdominales son tan difíciles de marcar?
No es que pretendamos ser como esos modelos de tapa de revista, ni que contemos con esa herencia metabólica favorecida. Pero al menos, nos gustaría (si no es mucho pedir) que todo el esfuerzo que hacemos, se note. ¿Qué estamos haciendo mal?
Aquí te contamos algunos trucos de nueva vanguardia, que recomiendan entrenadores de todo el mundo. Son fáciles de aplicar. Y vale la pena conocerlos.
Alimentación, gasto energético, actividad aeróbica.
En principio, ya lo intuís, la zona del abdomen es propensa a acumular grasa (más en hombres que en mujeres) y parte del plan es tener una buena alimentación. La alimentación es la mitad de la batalla ganada. Es mejor reducir los hidratos de carbono, los azucares, las grasas, el alcohol. Por supuesto no es cuestión de eliminarlos sino de encontrar la medida justa.
La cuenta que también se aplica y resulta para quemar grasas es gastar más de lo ingerido. Es por eso que la actividad física se torna primordial.
¿Entonces sólo tenemos que hacer series de abdominales? No sólo eso. Porque es fundamental acompañar a los ejercicios localizados con actividad aeróbica. Es la actividad aeróbica la que te ayudará a quemar grasa (y la primera que deberíamos poner en práctica). Caminar, correr, bicicleta, nadar, cuentan como actividades aeróbicas. Lo que funciona: 45 minutos a 1 hora. Menos de eso, solo vas a transpirar pero no quemar grasas.
Series, planchas, ejercicios «core».
Ahora bien, vayamos a la parte de las abdominales: ¿Hacemos todos los días sin excepción? Tampoco. Es necesario que el músculo descase o podrías dañarlo. Un día sí, un día no: alternar es lo aconsejable.
Tampoco insistas con los ejercicios clásicos: mucha flexión, pocos resultados, y podés dañarte la espalda. ¿Entonces? Entonces lo que está en auge y con buenos resultados son las planchas, variaciones de plancha (que además trabajan los músculos oblicuos) y los ejercicios llamados «core». ¿Qué cosa? Core significa «centro», «núcleo». Justamente, son ejercicios que involucran más conjuntos de músculos ubicados en el «centro» de nuestro cuerpo. Llamamos «core» a los abdominales, lumbares, de la pelvis, glúteos, musculatura profunda de la columna. Esa zona central, si está bien trabajada, ayuda al equilibrio y estabilidad de todo tu cuerpo, controla nuestra postura, evita dolores de espalda y lesiones.
Además, más trabajados los músculos, menos peso recae sobre huesos y articulaciones. El bonus: nuestros abdominales trabajan, se tonifican, se marcan.
Ejercitar los abdominales de manera integral.
Como te das cuenta, al asunto de los abdominales, se lo piensa como un trabajo integral que se articula con otros músculos. Y otra cosa que deberíamos tener en cuenta para pensar out of the box: hay muchos ejercicios que «indirectamente» trabajan nuestros abdominales como aquellos que hacemos de pie. Las sentadillas o ejercicios en polea de pie, son dos ejemplos, porque el cuerpo toma fuerza del «core» para lograr la estabilidad de la postura.
Así que, resumiendo, no siempre se trata de hacer la seguidilla de abdominales como frenéticos, como puedes notar, sino de involucrar otros ejercicios para sumar más grupos de músculos, incorporar actividad aeróbica y prestar atención a la alimentación.
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